. Variaciones del sistema
educativo argentino en los últimos treinta años
Usted ya sabe que a partir de 1976 en nuestro país
se impusieron la apertura económica y el modelo rentístico-financiero, cuya
principal consecuencia fue el achicamiento de la estructura productiva.
Como expresa Daniel Filmus:
“(…) la
economía argentina comienza a decrecer relativamente año tras año. A pesar de
ello, la expansión del sistema educativo no se detiene. Por otra parte,
producto del mismo estancamiento, la estructura social argentina
tradicionalmente abierta comienza a cristalizarse. La movilidad social
ascendente tiende a desaparecer conformándose una estratificación social cada
vez más rígida (...)
Es cada vez mayor el contraste entre una realidad
en la cual se desvalorizan cotidianamente las certificaciones educativas en el
mercado de trabajo y las tradiciones familiares según las cuales la promoción
social de generaciones anteriores estuvo apoyada en el nivel educativo
alcanzado.
Si para las teorías del Capital Humano la
motivación más importante, tanto en el ámbito individual como social para
invertir en educación, es la posibilidad de obtener un rédito material sobre la
base de los años de escolaridad transitados, ¿cómo justificar la inversión
realizada en la formación de un ingeniero o un médico, si estos profesionales
una vez recibidos deben desempeñarse como taxistas o en otras tareas no
relacionadas con su capacitación específica? ¿Dónde está ahora el beneficio
económico?” [1]
El
poder transformador de la educación es cuestionado tanto por
los teóricos que consideran a la escuela como reproductora de desigualdades
sociales, económicas y culturales, por los gobiernos interesados en lograr que
la educación se rija por las leyes del mercado y por los estudios que revelan
el desfasaje existente entre la demanda de la sociedad y la oferta educativa.
El fin del optimismo pedagógico acontece dentro de un nuevo
panorama mundial del capitalismo en el
que se impone una división global del trabajo, generadora de nuevas formas de
producción y organización económica. Esta división será difundida y sostenida
desde los países centrales a las naciones periféricas y expresará la fusión del
neoliberalismo, con su
acento en la economía de mercado, y el neoconservadorismo preocupado por
el mantenimiento del orden social.
La denominada transformación educativa, que empieza a implementarse en algunos países latinoamericanos a fines del siglo XX, se vincula con el nuevo panorama mundial que acabamos de describir.
Para poder comprender la transformación educativa
que se llevó a cabo en Argentina en la década del 90 debemos remitirnos a la
reforma estatal efectuada en ese momento.
La reforma estatal de los años 90
En nuestro país la
reforma de los años 90 se construye inicialmente sobre una dicotomía
fundamental entre el Estado y el mercado. La educación será concebida como mera
respuesta a demandas que provienen del medio, las que terminan convirtiéndola
en un campo de lucha por imponer intereses sectoriales por encima del interés
público. Todo ello se expresa en ideas y políticas que retrotraen los espacios
de intervención estatal. Así el eje de discusión pasa de la justicia de las
políticas educativas a la eficacia y eficiencia de los sistemas educativos.
En este contexto ocupa
un lugar importante la estrategia de descentralización que consiste en
transferir la responsabilidad de los Estados Nacionales en el financiamiento,
gestión y control de las instituciones educativas, a los estados provinciales y/o municipales, sin criterios
claros de distribución del presupuesto público.
Esta suerte de
centrifugación del sistema educativo
desde las instancias nacionales hacia las provincias, las municipalidades,
implicará también al establecimiento escolar que será visto
como una organización de fronteras flotantes, de objetivos redefinidos y
relaciones a reconstruir”,[2]
una institución que hay que refundar porque está “vacía”.
En tal sentido, en el trabajo La
escuela vacía, que en su momento gozó del reconocimiento de los círculos
académicos, el sociólogo Emilio Tenti Fanfani plantea que es una conjunción de factores escolares y sociales más que un problema
presupuestario lo que ha convertido a la escuela en una institución “vacía”.
Sostiene que las principales características del problema educativo son el
vaciamiento de contenidos socialmente significativos, la existencia de
circuitos de calidad diferenciada que discriminaban a los sectores populares,
el deterioro de la calificación y de las condiciones de trabajo docente, la
desvinculación de la escuela del mundo del trabajo, la desarticulación entre
niveles y la atención prioritaria de otras necesidades de los alumnos que no
eran las educativas.
Con el fin de que usted pueda
reflexionar sobre los contenidos trabajados, le proponemos la siguiente
actividad.
Realice la lectura de
una nota titulada: Parte del fracaso
educativo es por la brecha entre académicos y la escuela, de Matías Loja,
publicada en el diario La
Capital en el año 2006. Su texto lo encontrará el siguiente
sitio web: http://www.lacapital.com.ar/2006/11/11/educacion/noticia_341661.shtml
Sobre la base de lo
leído, desarrolle estos puntos:
1. ¿Por qué, según el
autor, en los años 90 la política se convirtió en una cuestión técnica o de
expertos?
2. ¿Qué repercusión tuvo
la reforma educativa en el ámbito docente?
3. Explique la siguiente
frase: “…es necesario repensar las formas
de hacer política educativa…”.
4. ¿Usted acuerda con lo
expuesto en este artículo? Fundamente su postura.
Profundice las
explicaciones ofrecidas hasta aquí con la siguiente bibliografía.
Lectura
requerida
·
Selección 5: Sistema educativo y demanda social.
Globalización y educación. La transformación educativa. En: Lentijo, P.,
Molina, J. y Martiné, E.; Temas de Política y Legislación Educativa: El
Derecho a la Cultura
y a la Educación
en la República
Argentina. Ediciones Escolares, 2004.
·
Filmus, Daniel; El papel de la educación frente a las
transformaciones científico-tecnológicas. En: Para qué sirve la escuela.
Tesis. Norma, Buenos Aires, 1994. También en Biblioteca Digital
de la Organización de Estados
Americanos www.oei.es/oeivirt/fp/cuad1a06.htm
Guía para la lectura
Le sugerimos que al
abordar los capítulos propuestos se detenga, fundamentalmente, en estos puntos:
§ ¿Qué sostiene Filmus
con respecto a la década del 70 y a las concepciones optimistas de los sistemas
educativos?
§ ¿Cuáles son los hitos
históricos que marcan la concepción de los sistemas educativos en el período
1800-1980?
§ ¿Cuáles son los
factores que coadyuvaron al abandono de las concepciones optimistas de la
educación según lo que expresa Filmus?
§ ¿Por qué se afirma que
el conocimiento es el factor fundamental de la competitividad de las naciones?
§ ¿Cuáles son las
características de los procesos productivos y sus implicancias en el tipo de
competencias que el sistema educativo debe desarrollar entre sus alumnos?
§ ¿Alcanzan estos
procesos que refiere el trabajo de Filmus para recuperar el optimismo
pedagógico anterior a los ´70? ¿Por qué?
Las normas educativas de la constitución reformada en 1994
Tal como señaláramos la Constitución de 1853
garantiza a todos los habitantes el derecho de enseñar y aprender lo que
significa que cualquier habitante o asociación puede impartir enseñanza y
cualquier habitante puede recibirla de otro y en cualquier lugar (art. 14).
El derecho de enseñar y
aprender implica la consagración de la libertad de enseñanza, correlato
indiscutible de la libertad de expresión. Pero, aunque
exista
libertad de enseñanza, el Estado tiene competencias y deberes indelegables.
Está facultado para fijar los contenidos básicos de los diferentes niveles
educativos y reglamentar las condiciones de reconocimiento de la enseñanza
privada y de los títulos y certificados que la acreditan, así como controlar su
funcionamiento.
En nuestra Constitución no sólo se incluyen los clásicos derechos
individuales, que aparecen en el texto
constitucional de 1853, como el derecho de enseñar y aprender, también hay derechos sociales, económicos y culturales
surgidos en el siglo XX e incorporados con la reforma de 1957.
También existen, desde la reforma de 1994, los derechos
colectivos que incluyen el derecho a la paz, a la cultura, a un medio
ambiente sano y a la comunicación e información. Tales generaciones de derechos
poseen una unidad indivisible que tiene basamento no sólo en la normativa
interna, sino también en la internacional. Ello ha quedado plasmado en el inciso
22 del artículo 75 de la Constitución, reformada en 1994.
Ese inciso ha dado jerarquía constitucional a una
serie de tratados internacionales de
derechos humanos allí enumerados que han sido incorporados al derecho interno
argentino y funcionan como fuente internacional de nuestro sistema de derechos.
Esta
reforma también introduce normas referidas a la educación y a la cultura, que
integran el artículo 75.
Profundice estas explicaciones con la bibliografía
que especificamos a continuación.
·
Selección 6: Derechos civiles,
políticos, sociales y colectivos. El derecho a enseñar y aprender. La libertad
de enseñanza. Las normas de la
Constitución reformada. El derecho a la cultura. En: Lentijo,
P., Molina, J. y Martiné, E.; Temas de Política y Legislación Educativa:
El Derecho a la Cultura
y a la Educación
en
Al llevar a cabo la lectura, le recomendamos prestar especial atención a los siguientes puntos:
Guía para la lectura
Al llevar a cabo la lectura, le recomendamos prestar especial atención a los siguientes puntos:
§
Las
“tres generaciones de derechos”.
§
La
vinculación entre el derecho de enseñar y aprender y la
libertad
de enseñanza.
§
Las
normas referidas a la educación y a la cultura que
incorporó
la reforma constitucional de 1994.
Si desea profundizar el estudio de esta temática
fundamental, puede consultar el material que le proponemos a continuación.
Lectura sugerida
·
Bidart Campos, Germán J.; Manual
de la Constitución Reformada (3 tomos). El sistema de derechos (Tomo
I Capítulo IX, páginas 473 a 516) y
El derecho a la educación (Tomo II, Capítulo XIII, páginas 37 1 48) Ediar,
Buenos Aires, 1998.
No hay comentarios:
Publicar un comentario